Un cuarto de siglo después de la caida de Abimael Guzmán, aparece una serie de libros que reflexionan sobre el fenómeno senderista y el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) que capturó al mayor criminal de nuestra historia. A la par, las liberaciones de Maritza Garrido Lecca, la bailarina que devino en guardiana del Comité Central senderista, y de Martha Huatay, dirigente terrorista, generan inquietud en muchos peruanos. La genuina preocupación da paso a los epítetos antes que a políticas públicas serias.

¿Por qué seguimos atrapados en el periodo de violencia más importante de la historia republicana? Intentamos una explicación.

miembros del grupo especial de inteligencia que capturó a abimael guzmán. su legado recién es reconocido en toda su magnitud. (foto: caretas)

LA DISPUTA SOBRE LA CAPTURA

"Jamás van a perdonar que hayamos sido policías". Así se refirió un suboficial miembro del GEIN ante la Comisión de la Verdad y Reconciliación, en alusión a las Fuerzas Armadas.

Alberto Fujimori creó una "memoria salvadora" sobre la derrota de la subversión; solo él y los militares vencieron a Sendero Luminoso y al MRTA. Por ello, debían olvidarse las violaciones a los derechos humanos cometidas en la lucha contra el terrorismo.

Carlos Paredes, periodista y autor del libro “La Hora Final”, señala que "se nos ha querido contar una historia que justifique el 5 de abril y lo que vino luego”. También resaltó los celos militares frente al éxito policial. La versión castrense sobre el conflicto, contenida en el libro "En Honor a la Verdad", va en esa línea. Solo un párrafo alude en concreto a la captura de Guzmán.

El reciente texto de Paredes rescata la historia del GEIN. Para él, la captura de Guzmán fue un esfuerzo individual de un grupo de policías, sin constituir una política estatal ni gubernamental, o una iniciativa institucional. "Los miembros del GEIN no reclaman títulos heroicos, pero quieren contarle a la gente en qué consistió su trabajo", señala el periodista.

Antonio Zapata, historiador y autor del libro "La Guerra Senderista: hablan los enemigos", coincide con Paredes, pero da méritos a la Policía como institución: "El hecho que la PNP constituya un organismo con esta misión, con gente y recursos, es el gran factor de la victoria del Estado sobre Sendero". También resalta el rol del controvertido exministro aprista Agustín Mantilla - fallecido sin esclarecerse judicialmente su vinculación con un comando paramilitar - al apoyar esta iniciativa.

También se suman los errores cometidos por la dirigencia senderista. Elena Iparraguirre, número 2 de la organización, reconoció a Zapata que no manejaron el aislamiento de la cúpula frente a la militancia, ante las capturas del GEIN. Asimismo, la líder terrorista indicó que los militantes senderistas de la década de 1980 no tenían la misma consistencia ideológica que sus pares fundadores. "El único criterio para ingresar a Sendero era la disposición para entrar a la lucha armada", enfatiza el historiador.

La CVR resaltó en su Informe Final el papel crucial del GEIN. Su presidente, Salomón Lerner Febres, nos indica: "la captura nos deja una enseñanza. A este tipo de fenómenos, más que combatirlos con la violencia, se les combate con la inteligencia". Precisamente, la falencia de la clase política peruana durante el conflicto.

MARITZA GARRIDO LECCA, la guardiana de abimael guzman, dejará la prisión este lunes. su salida ha activado las alarmas en un importante sector de nuestra sociedad (foto: el comercio)

EL FANTASMA QUE PERSISTE UN CUARTO DE SIGLO DESPUés

Un sector de ciudadanos aún teme un posible retorno a los coches bomba, asesinatos y masacres. Paredes coincide con esta percepción por una razón:

Todavía no hemos triunfado del todo contra Sendero. Nuestro triunfo ha sido categórico, pero militar. Esas ideas utópicas de la revolución, el proletariado y la Nueva República Democrática del Perú siguen vigentes en muchos senderistas que ya salieron de la prisión

Para Lerner Febres, existe una grave inacción de la clase política frente al Informe Final del grupo de trabajo que presidió entre 2001 y 2003. Si bien la CVR condena claramente a Sendero Luminoso, no deja de señalar responsabilidades en actores políticos vigentes, como el fujimorismo y el aprismo. "Se ha descuidado tener una memoria clara de lo que pasó y establecer una enseñanza crítica frente a ideologías letales", afirma. Para él, hay otro espacio que genera estas inquietudes ciudadanas:

"Si tuviéramos cárceles donde se fomentara un clima de resocialización y los presos no fueran tratados como cosas arrumadas, podríamos estar menos angustiados por estas liberaciones de los terroristas que fueron condenados". 

El filósofo señala que, más allá de la indignación que producen las salidas de Garrido Lecca y Huatay luego de cumplir con su pena, la sociedad peruana debe respetar las decisiones judiciales. 

Para Zapata, este recelo se funda "en la continuidad de Sendero durante estos veinticinco años, su reciclaje en la lucha política, el avance de Movadef evidenciado en la huelga de maestros". Cuando le preguntamos si el fujimorismo aprovechaba esta intranquilidad, sentenció:

“Cuando ves este mamarracho que han puesto en el Congreso reproduciendo la jaula de Abimael Guzmán, es claro que esto es intencional y que tiene como fin contar que solo ellos derrotaron a Sendero Luminoso”.

La sociedad peruana debe enfrentar un problema: ¿qué hacer frente a los miembros de Sendero Luminoso que salen de prisión y persisten en sus ideas?

Lerner Febres respaldó acciones de inteligencia frente a las actividades de los senderistas en libertad, pero considera que se debe ir más allá de lo estrictamente policial. Mientras que Paredes estima que la confrontación directa de ideologías caducas como la senderista, harán mucho más que una respuesta indignada.

Es necesaria una respuesta más allá de la legítima indignación ciudadana. Conocer más nuestra historia es un primer paso.